Homenaje a la figura del mas grande héroe legendario que ha dado España. Nacido en el medievo, castellano por excelencia; tuvo el reconocimiento incluso de sus enemigos que le admiraban, como fue el caso del escritor árabe Ibn Bassam, que al describir el asedio a Valencia lo retrata como uno de los milagros del Altísimo, por la firmeza de su carácter y su valor heroico que le llevaron siempre a la victoria. Héroe de leyenda, sus gestas fueron durante mucho tiempo pregonadas por cantantes y juglares a través de romances y cantares. La plasmación mas poética ha quedado reflejada en "El Cantar de Mio Cid". Acusar al Cid de ser solo un mercenario en tiempos donde reyes cristianos y moros creaban y traicionaban alianzas en pos de intereses propios supone una afirmación demasiado pueril. Han pasado mil años y el Cid sigue cabalgando. La leyenda continua.

domingo, 14 de agosto de 2011

Heroe español, hombre de su tiempo.

No son pocos los que me he encontrado, que impregnados de absurdos prejuicios, niegan la categoria de heroe a Rodrigo Diaz, el Cid Campeador. Lo hacen porque no quieren que se vincule su figura al concepto de España como idea nacional. Pero creo que se equivocan, porque, ante todo fué nuestro heroe medieval por excelencia, un hombre culto, pues se educo en la corte castellana junto a Sancho, heredero al trono del rey Fernando I; sabia leer y escribir. Ibn Bassam, dejó testimonio de que en su presencia se estudiaban libros: se hacia leer libros de antiguos heroes de Arabia, mostrando gran gozo e interes por la historia de Mohallab, heroe musulman. Pero mas allá de esto, situemonos en aquella España compleja de los reinos de Tayfas, con las disputas entre los crecientes reinos cristianos y sus alianzas con los musulmanes. Así se explica que la primera batalla en la que participa, (8 de mayo de 1063), sea por la plaza de Graus, acompaña a Sancho y derrotan y dan muerte a Ramiro rey de Aragón. Lo hacen para proteger a su aliado al-Muqtadir tayfa de Zaragoza; según un cronista musulman que vivió en Zaragoza durante los años setenta del siglo XI, Ramiro fué muerto por un habitante de la frontera llamado Sadada que hablaba muy bien la lengua romance, camuflandose entre las tropas aragonesas hasta llegar cerca del rey, y asestandole una lanzada en un ojo (Richard Fletcher).
Rodrigo Diaz, tambien venció en singular combate,  al navarro Jimeno Garces, y mas tarde a un sarraceno de Medinaceli al  que dió muerte.
Muerto el rey Fernando I, y dividido el reino entre sus hijos, Rodrigo queda en Castilla junto a su rey y amigo de la infancia Sancho II, este le nombra alferez y muerta la emperatriz doña Sancha, se desata una guerra fraticida entre hermanos. Alfonso que habia recibido León, es derrotado por Sancho de Castilla en la batalla de Llantada, en 1068; que no afecto a los territorios de los reynos, que quedarón como estaban. Luego los dos hermanos, Sancho y Alfonso se reconciliarón y atacarón a Garcia señor de Galicia, al que derrotarón en 1071. Intentarón gobernar conjuntamente Galicia, pero pronto volvieron las desavenecias, y en 1072, Alfonso fué derrotado por Sancho y hecho prisionero en la batalla de Golpejera cerca de Carrión; Sancho se coronó rey de Leon y Alfonso se exilió a Toledo, a la corte de al-Mamun, mientras Garcia lo hacia a Sevilla. El 7 de octubre de 1072, Sancho fué asesinado en el cerco de Zamora. "Según las cronicas durante el cerco, Rodrigo Diaz hizo frente el solo a quince caballeros enemigos, dando muerte a uno de ellos, hiriendo a dos y poniendo en fuga al resto". Tras la muerte de Sancho, Alfonso era el nuevo rey, y Rodrigo le hace jurar en la iglesia de Santa-Gadea, que nada ha tenido que ver en la muerte de su hermano. Mas tarde, en 1081, es enviado al destierro, seguramente tuvo que influir lo sucedido en 1079, cuando el rey Alfonso  Le habia enviado a cobrar las parias del rey al-Mutamid de Sevilla;  pero este, se encuentra con que  al-Mudaffar, rey de Granada, junto a otros cristianos que al parecer también habian sido enviados por el rey Alfonso VI a cobrar las parias al granadino, avanzan hacia Sevilla, y al-Mutamid, reclama la protección a que tiene derecho por haber pagado las parias. El Cid, advierte a los atancantes, pero estos confiados por el poderio de su gran ejercito, incluso se mofan de el y penetran en territorio sevillano, llegando hasta Cabra, donde se enfrentan y son derrotados. Entre los prisioneros se encontraban cristianos muy importantes como: Garcia Ordoñez, Lopez Sanchez y Diego Perez, castellanos muy influyentes, a los que Rodrigo humilló teniendoles prisioneros tres dias y privandoles de sus pertrechos.
Castillo del Cid -Fortanete-Maeztrazgo
 A pesar de que el rey Alfonso, estaba muy disgustado con la acción del Cid en Cabra, no realizó acción alguna contra este, al que incluso le invitó al importante concilio celebrado en Burgos en 1080, presidido por el cardenal Ricardo, legado del Papa Gregorio VII, en el que se aceptaba el rito romano para todo el reino.
Casi a la vez, en Toledo, el rey al-Qadir, nieto del rey que habia alojado a Alfonso en su destierro, viendose abandonado por sus subditos, huia para refugiarse en tierras de unos parientes de Cuenca. Los toledanos, pusieron el reino en manos del rey de Badajoz, al-Mutawakkil, enfrentado a Alfonso porque se negaba a pagar las parias que antes habia abonado a su hermano, el rey de León. Al-Qadir, desde su destierro, solicita ayuda a Alfonso, que en la primavera de 1081, pone sitió a Toledo y repone en el trono a al-Qadir. De esta campaña, saldria Alfonso beneficiado por hacerse bien pagar el favor por al-Qadir, obteniendo la fortaleza de Canales, a orillas del rio Guadarrama, y los catillos de Canturias y Zorita. El Cid, no acompañó al rey Alfonso en esta acción, alegando estar enfermo, y en estas se encontraba en Castilla, cuando un grupo de mulsulmanes atacó la fortaleza de Gormaz saqueandola y capturando un gran botin; Rodrigo, lleno de indignación, congregó asu mesnada y partió en busca de los musulmanes, entrando en tierras del reino de Toledo, saqueando y arrasando cuanto encontraba a su paso, llegando a cautivar entre hombre y mujeres a mas de siete mil, a los que arrebató todas sus riquezas y bienes.

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